Siempre me interpeló ese verso de Hölderlin. Quien ha atrevido a viajar por esas honduras del misterio humano y se ha animado a abrir los ojos ante esa realidad, tendrá esa capacidad para amar lo más vivo, no lo muerto de las relaciones superficiales.
Muchas eso más hondo puede exigirnos valentía, pero es necesario descubrirlo porque mientras más conozcamos la realidad, más capacidad de amar, tendremos.
En ese sentido, eso que se dice por ahí que la ignorancia es una bendición es una verdad parcial porque solo en la profundidad de la realidad, uno encuentra el sentido de la vida.
¿Es, acaso, mirar y amar son dos actos que no pueden ir separados? ¿Solo la fecundidad del amor está en proporción en nuestra capacidad de mirar? ¿Esto no enterraría siglos de creencia que el amor es ciego?
¿Ustedes qué piensan?
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