La película «La muerte no existe y el amor tampoco» del director Fernando Salem, a pesar de su técnica impecable, recibe una calificación baja debido a la falta de desarrollo en los personajes y la superficialidad con la que aborda temas universales como la muerte y el amor. En contraste, «Cómo funcionan casi todas las cosas» muestra una mejor construcción de personajes y guion. Este contraste revela el potencial del director para crear cine profundo y significativo.